Valentino, con 5 meses de vida, fue diagnosticado de padecer “estenosis traqueal congénita y una broncomalacia en su bronquio izquierdo, dos afecciones graves, poco frecuentes y con riesgo de muerte”. El cirujano infantil Gastón Bellía Munzón, investigador en ciencias médicas y jefe del Departamento de Cirugía del Hospital General de Niños Pedro de Elizalde, tuvo la idea de injertarle un exoesqueleto para abrir el bronquio y facilitar la entrada de aire. Esta estrategia había sido aplicada una sola vez en el mundo, 6 años antes. Un equipo del Laboratorio de Biomateriales, Biomecánica y Bioinstrumentación (Lab3Bio) de la Escuela de Ciencia y Tecnología de la UNSAM diseñó y fabricó el exoesqueleto y demás piezas complementarias utilizando una impresora 3D casera (¡Comprada por 700 dólares!) y un material biodegradable de nivel médico llamado policaprolactona que debieron importar. Lograron fabricar la pieza perfecta en tan solo tres semanas y la esterilizaron con rayos gamma en la Planta de Irradiación Semi Industrial del Centro Atómico Ezeiza de la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA). Finalmente, Valentino fue operado en el CEMIC (Centro de Educación Médica e Investigaciones Clínicas Norberto Quirno), donde había sido diagnosticado. Valentino ya cumplió 4 años y está tan saludable como puede estar cualquier otrx niñx de su edad.
La nota completa aquí https://noticias.unsam.edu.ar/2023/08/18/valentino-la-historia-del-nino-al-que-un-exoesqueleto-fabricado-en-la-unsam-le-salvo-la-vida/
Les dejo la publicación del trabajo, donde “(…) se hizo mucho hincapié en detallar los pasos del proceso de manufactura. Se dejó todo blanco sobre negro para que otros lo puedan hacer”, según explicó Élida Hermida, física, directora del Lab3Bio y co-autora del desarrollo.
Ojalá disfruten la nota.