Color estructural

Normalmente asociamos el color de los objetos al resultado de la reflexión de la luz sobre ciertos pigmentos, que absorben algunas longitudes de onda y reflejan justo aquellas que dan lugar al color característico del objeto. Es el caso, por ejemplo, de la ropa que vestimos, las paredes de los edificios, etc.

La mariposa que ilustra la entrada es un ejemplar de Morpho menelaus, una especia originaria del centro y sur de América, con unas alas que pueden medir hasta 15 cm. El color de las mismas no se debe a los pigmentos anteriormente mencionados, sino a los fenómenos de interferencia producidos en las alas. Esto es, el material que compone las alas no tienen ningún color. Es lo que se conoce como color estructural.

La peculiar estructura de las alas en forma de redes de difracción (celdas del tamaño de unos 600 nanómetros) hace que la luz, al incidir sobre ellas, forme un patrón de difracción debido a la interferencia entre haces de luz. Dependiendo del ángulo desde el que se observen las alas podremos ver como su color varía del violeta al verde turquesa; contribuyendo así a su exótica coloración y quien sabe si mejor ocultación frente a depredadores.

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Un artículo muy interesante de The Scientist (en inglés) sobre este tema (click en la imagen de abajo)