Un poco de historia para relajarnos

Ahora que ya pasó el parcial, vuelve a ser tiempo de interesarnos por cosas que van un poco más allá de lo que vemos en clase. En esta ocasión, la historia de la física estadística. En realidad, la física estadística (guía 3) es posterior a la teoría cinética de los gases (guía 4). Esta última empezó con Bernoulli a principios del siglo XVIII, aunque en ese tiempo fue ignorada porque la mayoría de la comunidad científica creía en la teoría del calórico. Un siglo después fue repescada por Clausius, Maxwell y Boltzmann y se puso de moda. Después de que Boltzmann formulara su teorema H y “probara” así la segunda ley de la termodinámica, hubo polémica con su amigo Loschmidt, que apuntó que las ideas de Botzmann iban en contra de la invariancia de la mecánica clásica bajo inversión temporal. Fue a raíz de esta discusión que Boltzmann dio con la famosa fórmula que hoy adorna su lápida en cementerio central de Viena (foto), marcando el inicio de la física estadística. Los distintos ensambles, la interpretación de la entropía en términos de probabilidades, la observación de que la física estadística no vale sólo para gases sino para sistemas macroscópicos en general, e incluso el propio término “física estadística”, son obra del aburrido pero gran físico estadounidense Josiah Willard Gibbs. Todo esto está explicado de forma amena en este artículo escrito por un observador privilegiado: el físico austríaco Dieter Flamm, nieto del mismísimo Boltzmann.

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