El 7 de octubre pasado, la Real Academia Sueca de Ciencias anunció desde Estocolmo que el Premio Nobel de Física de 2014 era para Isamu Akasaki, Hiroshi Amano (los dos de la Universidad de Nagoya, en Japón) y Shuji Nakamura (de la Universidad de California en Santa Bárbara, en Estados Unidos). Los tres profesores universitarios fueron premiados por “la invención de diodos eficientes de emisión de luz (LED) de color azul, que han permitido realizar fuentes luminosas de luz blanca y de bajo consumo”.
Y al día siguiente, la Academia Sueca anunciaba que el Nobel de Química de 2014 había sido otorgado a los investigadores Eric Betzig (del Howard Hughes Medical Institute, Ashburn, USA), William E. Moerner (Stanford University, Stanford, USA) y a Stefan W. Hell (Max Planck Institute for Biophysical Chemistry, Göttingen, y German Cancer Research Center, Heidelberg, Alemania) por el desarrollo de la microscopía de alta resolución. Esta microscopía está basada en técnicas de óptica de campo cercano (conocida como NFO por sus siglas en inglés). Los fundamentos de las técnicas de NFO fueron establecidas por Betzig entre 1991 y 1994, (junto a un trabajo de Dieter Pohl de IBM a su vez inspirado por la propuesta de STM de Rohrer y Binning, publicado en APL en 1984). A partir de estos avances, Betzig propuso mas tarde la discriminación de posiciones de moléculas mediante fluerescencia, publicado en Opt. Lett en 1995. Y esto condujo a la técnica PALM que publicó en 2006 y que permitió observar moléculas reales con resolución nanométrica. Stefan Hell ya fue ICO Prize (premio de la International Commission for Optics para jóvenes científicos menores de 40 años) en el año 2000. Teniendo en cuenta todo esto, resulta curioso que el premio sea de química!! Creo que si estos investigadores se imaginaban un premio, se lo imaginaban en Física, y no en Química. Algo similar pero al revés pasó con el premio compartido por Andre Geim y Konstantin Novoselov de la University of Manchester por haber logrado la fabricación del grafeno, un logro que podría haber sido premiado en Química, pero lo fue en Física. Otra prueba de que la ciencia del siglo XXI necesita cada vez más de la interdisciplina.
Destaco estos premios en F2 porque ambos están íntimamente relacionados con el comportamiento de la luz (y de las ondas en general). Y llegan en el momento justo, porque las Naciones Unidas han declarado el año 2015 como Año Internacional de la Luz (ver IYL 2015). ¿Por qué 2015? Porque en el 2015 se cumple el milésimo aniversario de la aparición del admirable tratado de Óptica en siete tomos “Kitab al-Manathir“, escrito por Ibn al-Haytham, un científico pìonero en una época donde la Ciencia había sido expulsada de Europa por los dogmas religiosos (e incluso perseguida cruelmente, el caso de Hipatia de Alejandría en el siglo VI es uno entre muchos).
Hiroshi Amano, Stefan Hell y W. E. Moerner se suman a los 32 miembros de la Optical Society of America que han sido galardonados con algún premio Nobel (ver lista de premios Nobel relacionados con óptica). Por este motivo, la OSA liberará por 60 días el acceso a los trabajos relacionados con los dos premios del 2014. Para los interesados en pegar un vistazo, aquí las listas:
Algunos enlaces para saber más: en Página12 (P12 a, P12 b), en Physics Today, en la página del Año Internacional de la Luz (IYL), en la revista Science (donde cuentan los enojos de Nakamura, que se fue de Japón y se hizo ciudadano estadounidense) …