El principio de acción mínima se origina en la idea de que, si la
naturaleza tiene un propósito, debe seguir un camino mínimo (o
extremo). Este principio simple, con sus variantes y generalizaciones,
se aplica a la óptica, a la mecánica, al electromagnetismo, a la
relatividad, a la mecánica cuántica, y constituye una guía esencial
para comprender la belleza de la física. En mi coloquio haré un
recorrido a vuelo de pájaro de este principio, combinando fuentes
históricas y ejemplos originales. El recorrido está basado en mi
próximo libro sobre el tema, escrito en coautoría con Anthony Boch y
editado por Cambridge University Press. Nuestra intención es que el
libro sea de utilidad para aquellos con una modesta base matemática,
así como a los investigadores y estudiantes de física y de historia de
la física