Borges y el tiempo: el efecto Battistessa

Miércoles, 6 de julio de 1966. Durante la cena,  Borges le cuenta a Bioy Casares acerca de la asamblea de esa tarde en la Academia Argentina de Letras:

«Leónidas de Vedia habló para recibir a Battistessa, y éste pronunció su primer discurso. El discurso de recepción duró más de media hora. Yo lo oía con asombro de que en ningún momento Leónidas sintiera la tentación de pensar. Cuando se sentó, se excusó de haber sido tan breve. Es un insensible. El otro animal habló más de dos horas. Empezó con el anuncio de que antes de llegar al tema, La Lira argentina, hablaría de cinco escritores. Uno iba contando… Aquello duró tanto que uno perdía la noción de la realidad, creía que siempre estaría ahí oyendo ese discurso. Yo me decía que esta noche comeríamos juntos y no lo creía… Era como decirse que un día uno sería un alma inmortal. Hubo varios falsos finales. Una vez repitió la interminable lista de vocativos del principio: “Señor ministro, señor…”. Yo pensé: “Es el fin”; no, aquello duró todavía más de diez minutos…»

Efecto Battistessa captado en video


¿Quién no ha sido Borges y quién no ha sido Battistessa?