El rayo de Wayne

rayo_reductor

Si no vieron el apunte_extra de la práctica01, insisto en recomendárselos (es algo que no llegamos a mencionar en la primera clase por zoom). Se usan dilataciones, contracciones y escalamientos de la carga para develar uno de los misterios de Física 3: el por qué de la uniformidad del campo eléctrico (arriba o abajo) producido por un plano infinito con densidad de carga superficial uniforme. Además, aplicando esas transformaciones, mostramos la simetría responsable de que el alambre infinito, con densidad de carga lineal uniforme, tenga un campo inversamente proporcional a la distancia al eje.

Nos falta aplicar cambios de escala y dilataciones/contracciones para una densidad (carga) puntual y para una densidad de carga en volumen uniforme. Vean ustedes cómo se explica la dependencia del campo con la distancia en esos casos. Hasta aquí fue física teórica en serio. De acá para abajo un juego para el fin de semana. Siguiendo la línea editorial cinéfila de la teórica, les presento un problema (muy) hipotético:

En la película “Querida, encogí a los niños” (“Honey, I Shrunk the Kids” – 1989) Wayne Szalinski inventa un rayo electromagnético reductor que, accidentalmente, achica a sus hijes al tamaño de una pulga.

reducción

Abro un paréntesis para mencionar que una técnica similar era dominada varios años antes (también en medios televisivos) por el Chapulín colorado y usando un método inmensamente superior. Si bien el Chapulín no utiliza el electromagnetismo para achicarse (sí lo utiliza en otras habilidades como, por ejemplo, transmitir radiofrecuencias con sus antenitas de vinil) cualquiera de los dos métodos de reducción nos sirve para pensar en la siguiente pregunta:

¿Qué pasaría con el funcionamiento del organismo ante semejante cambio de escala?

Para intentar dar alguna respuesta hay que hacer varias hipótesis. 1- Olvidémonos de la conservación de la masa. 2- Simplifiquemos el problema abordándolo únicamente mediante el electromagnetismo clásico. 3- Metamos debajo de la alfombra otros inconvenientes insalvables. Ahora sí, hay varios aspectos electro-bio-químicos a considerar. El cuerpo reducido necesita seguir en intercambio con el exterior (oxígeno, por ejemplo), por lo que no podemos permitir que se modifiquen ciertos elementos fundamentales. Ante la reducción, la carga eléctrica del electrón debe preservarse  (y lo mismo para otras constantes de la naturaleza). Una manera de encarar el problema es preguntarse qué pasa dentro de una célula. Los átomos no pueden achicarse, pero imaginemos que las células sí.

Les propongo usar el modelo de la vaca esférica, esto es, asumir el siguiente ansatz:

vaca_esférica

[Aclaración: no se va a torturar a ningún animal. Aprovechemos para estar atentxs ante algunos estereotipos.] La vaca esférica quiere decir que, como un orden cero, consideremos que las cosas son esféricas. Dejo el planteo: consideren a una célula como un capacitor esférico, ¿Qué le pasa al sistema ante la reducción? ¿Cómo cambia su capacidad C? Pensando en las aventuras de les niñes de la película, pregunto: ¿Cómo cambia la resolución de su visión? luego, sigan ustedes deduciendo la catástrofe en “Querida, encogí a los niños”. En cuanto al Chapulín: ¿Cómo cambian las características de transmisión de las antenitas de vinil? La respuesta a esta última podría explicar por qué le resultaban inútiles para detectar al enemigo o, al menos, la falta de calibración. (vuelvan a esto cuando hayan resuelto la guía 8 de radiación.)

chapulín