Super 8

El formato Super 8 era un formato para películas hogareñas lanzado por Kodak en 1965. El nombre se debe a que la película tiene 8 mm de ancho, pero tiene una región más amplia para la imagen que las películas tradicionales de 8 mm, y una banda magnética al costado para grabar sonido. No es un formato que se use comúnmente en el cine profesional, que suele usar películas de 16 o de 35 mm que brindan una región aún más grande para la imagen. La película homónima, Super 8 (2011), dirigida por J.J. Abrams, cuenta la historia de unos adolescentes que filman una película casera de zombis en este formato mientras cosas más extrañas ocurren en el pueblo en el que viven.

Fiel al estilo de J.J. Abrams la película usa repetidas veces los destellos en las lentes y otros efectos de lente (algunos aparentes) para sugerir que fue filmada en otra época o en forma hogareña (al final de la película, durante los créditos, se puede ver la película casera que filmaron los adolescentes). Pero por diversas cuestiones técnicas varios de estos efectos fueron en realidad agregados digitalmente más tarde, ya que usar películas de 8 mm generaba problemas relacionados con, por ejemplo, el tamaño del grano (el equivalente a lo que hoy son los píxeles en la fotografía digital).

Los destellos sugieren al espectador el uso de lentes más antiguas (como vimos en Rescatando al soldado Ryan), o de lentes más baratas y hogareñas (probablemente el efecto buscado en esta película). Cuando una onda electromagnética (como la luz) incide sobre una superficie (la lente), una fracción de la onda se refleja. La luz reflejada entre las lentes dentro del objetivo de la cámara produce los destellos, y las lentes más caras y profesionales usan recubrimientos que intentan reducir lo más posible estos reflejos y los destellos asociados. Lo mismo se busca con efectos ópticos como la deformación de la imagen al variar el zoom, y la poca profundidad de campo usada en la escena del descarrilamiento del tren (vean por ejemplo el minuto 0:13 en el video del principio de este posteo). La profundidad de campo tiene que ver con cuán amplia es la región en la que un objeto se ve enfocado. Mayor apertura del diafragma y mayor longitud focal de la lente resultan en menor profundidad de campo (es decir, en que los objetos se salgan de foco más rápido al cambiar su distancia a la cámara). Pero para lograr un efecto más fuerte conviene también usar películas más anchas (ya que esto también afecta la profundidad de foco); claramente esta escena se filmó con una película de ese tipo y no con una película de 8 mm.

Los efectos que se consiguen con las lentes y con filtros y polarizadores tienen su origen en el electromagnetismo y en su hermana la óptica. Así que consideremos una de sus aplicaciones más comunes en fotografía: el uso de filtros polarizadores. Cuando la luz no polarizada (proveniente del Sol o de una lámpara incandescente) se refleja sobre una superficie, la luz reflejada está parcialmente polarizada. Esto se debe a que la amplitud de la onda reflejada depende de la polarización de la luz incidente: el campo eléctrico transversal al plano de incidencia siempre tiene una componente reflejada, pero el campo eléctrico en el plano de incidencia puede anularse, como muestra la amplitud del campo eléctrico reflejado (la curva azul) para esa polarización, en función del ángulo de incidencia i sobre la superficie. En la siguiente figura la amplitud del campo se muestra para un caso en el que la luz incide en un medio con mayor índice de refracción (en la página de la teórica pueden encontrar código en Python para calcular esta amplitud, y la potencia en la luz reflejada, en otras situaciones):

El ángulo en el que se anula la polarización del campo eléctrico en el plano de incidencia (ligeramente menor a los 60 grados en la figura) es el ángulo de Brewster. Pero noten que en todo un entorno de ese ángulo la amplitud de este campo (normalizada a la amplitud del campo incidente) es pequeña. Es decir, la luz reflejada en una superficie suele estar parcialmente polarizada en el plano perpendicular al plano de incidencia (por ejemplo, cuando miramos un lago que refleja en su superficie la luz del Sol, la luz reflejada está parcialmente polarizada en la dirección de la línea del horizonte).

Hasta acá, probablemente digan “esto ya lo aprendí en óptica”. ¿Pero cómo se usa esto en fotografía y en el cine? Para reducir los reflejos, se usa un polarizador lineal. Y rotando el polarizador, se busca la posición en la que la intensidad de la luz reflejada es la mínima posible. Esta posición, para el caso del lago iluminado por el Sol, corresponde al caso en el que el polarizador lineal deja pasar la luz polarizada en el plano vertical, y atenúa la componente polarizada en la dirección de la línea del horizonte (que es la que sobrevive con mayor intensidad a la reflexión):

Los polarizadores usados hoy en fotografía tienen además una lámina de cuarto de onda luego del polarizador lineal, para obtener una onda circularmente polarizada a la salida. Esto no tiene que ver con la polarización de la onda incidente, sino con los detectores detrás de la lente. Los sistemas de autofocus y de medición de iluminación de las cámaras modernas usan elementos polarizadores, y si la luz les llega polarizada linealmente pueden no funcionar correctamente.

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