¡Usa la fuerza, Luke!

En más de un sentido Star Wars también es una película bélica. Y la famosa escena durante la batalla de Yavin en la que Luke Skywalker destruye la estrella de la muerte se inspiró en una historia real durante la segunda guerra mundial (y en una película bélica de 1955 que retrata los eventos de esa época). La historia, inverosímil por momentos, ilustra el ingenio de los ingenieros y científicos cuando la tecnología no los acompañaba.

Les presento la “Operación Castigo“. En 1943 los aliados buscaban una forma de frenar la producción de acero y maquinaria alemana que se concentraba en el valle del Ruhr. Varios intentos por bombardear las fábricas en forma directa fracasaron; los alemanes conseguían reconstruirlas rápidamente. El valle del Ruhr tenía tres represas (Möhne, Edersee y Sorpe), y los aliados se dieron cuenta que destruir esas represas inundaría el valle aguas abajo, y frenaría la producción industrial alemana:

Pero destruir represas de hormigón desde el aire en 1943 no era una tarea fácil. Las represas están diseñadas para no ceder fácilmente. Bombardearlas desde arriba no es sencillo, porque presentan una sección muy pequeña para poder pegarles. Tampoco se podían usar torpedos submarinos, porque las represas estaban protegidas por redes bajo el agua. La forma de destruirlas era con un impacto frontal a la altura del nivel del agua, pero en 1943 no existían los misiles teledirigidos. Entonces a un ingeniero, Barnes Wallis, se le ocurrió que los aviones podrían volar sobre el reservorio de agua de la represa, y lanzar una bomba diseñada específicamente para que rebote sobre la superficie del agua y haga “sapito” hasta pegar en la represa:

Aquí tengo que romper el tono de la narración, y tenemos que imaginar la reacción de la Royal Air Force cuando alguien propuso hacer esta locura. ¿Soltar una bomba desde un avión en pleno vuelo, a la altura, velocidad y distancia justas, para que rebote varias veces en la superficie del agua hasta pegar en la pared de una represa? Consideremos por un momento las posibles respuestas a Barnes Willis: “Are you out of your mind, mate? Going soft in the head? Are you off your rocker? Can you tell your arse from your elbow?”.

Pero finalmente aceptaron la idea, y Barnes Wallis diseñó unas bombas con forma cilíndrica que, si se lanzaban girando sobre su propio eje, desde un avión a la altura justa, moviéndose a la velocidad justa, y a la distancia justa de la represa, rebotarían varias veces sobre la superfice del agua en el lago hasta explotar contra la pared de hormigón. Esto ya parece bastante difícil de hacer, pero en 1943 era aún más difícil. Y toda la tecnología que mencionamos en posteos anteriores no era suficiente: medir la velocidad relativa del avión era algo factible para la tecnología de la época. Pero los aviones no tenían sistemas de radar ni de geoposicionamiento que permitieran saber con la precisión necesaria a qué altura estaban, ni a qué distancia de la represa se encontraban.

Así que el problema se resolvió por otros métodos (¡y no fue usando la fuerza!). Se pusieron dos reflectores, uno en cada ala del avión, mirando hacia abajo con un ángulo tal que al juntarse los dos haces de luz en el suelo (o en la superficie del agua del reservorio), el piloto supiese que estaban a la altura justa. Claramente, esto también volvía los aviones un blanco fácil para el fuego antiaéreo. Para calcular la distancia a la represa, se usó la perspectiva y trigonometría: los bombarderos tenían un marcador formado por dos barras verticales: cuando la represa quedara visualmente encerrada dentro de ese marcador, estaban a la distancia correcta y debían soltar la bomba.

Diecinueve bombarderos Lancaster salieron desde Inglaterra en tres grupos, y consiguieron destruir dos de las tres represas. La operación inspiró una película de 1955, “The Dambuster’s“. La siguiente escena de esta película muestra muchos de los métodos usados, muestra una de las bombas rebotando sobre el agua (la filmación de la bomba es real, y fue tomada de filmaciones de pruebas que hizo la Royal Air Force antes del ataque), y como también notarán, fue la inspiración cinematográfica para la famosa escena de Luke Skywalker en la batalla de Yavin. Muchas tomas de esta escena se reproducen en la escena de Star Wars en forma muy parecida, salvo por los obvios cambios en el contexto:

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